Alianza de Inglaterra, Francia, las Provincias Unidas de los Países bajos y el Imperio para enfeentarse conjuntamente a España y revertir las conquistas de Cerdeña y Sicilia.
La actitud claramente hostil de España provocó el estupor entre las potencias europeas, que deseaban mantener la paz en los términos establecidos en los tratados de Utrech y Rastatt. El agredido, el emperador Carlos VI, se vio libre de la guerra que mantenía con los turcos tras la paz firmada con ellos el 21 de julio de 1718, por lo que buscó alianza con el resto de las potencias europeas para enfrentarse conjuntamente contra España y obligarla a devolver las conquistas efectuadas hasta la fecha. Para ello, Carlos VI firmó en Londres el 2 de agosto de 1718 su adhesión a la Triple Alianza, que ahora sería llamada la Cuádruple Alianza.
Además, el emperador Carlos VI firmó un tratado con el duque de Saboya, Victor Amadeo II, rey titular de Sicilia tras serle arrebatada la isla a España en el tratado de Utrech. Al finalizar la guerra, el duque de Saboya entregaría Sicilia a cambio de la isla de Cerdeña, que pertenecía al emperador desde la derrota española en su guerra de sucesión. Otras clausulas de este tratado bilateral reconocían al duque de Saboya como heredero de la corona de España si el rey Felipe V moría sin descendencia, teniendo que renunciar a los territorios de Saboya en Italia.
La primera medida de la Alianza fue garantizar la protección del reino de Nápoles, que ahora pertenecía al Imperio tras la derrota de España, e impedir que el ejército español desembarcado en Sicilia pasase tropas para invadir Nápoles. Para ello, los británicos enviaron hacia aquellas aguas una escuadra al mando del almirante sir George Byng.
Adelantando acontecimientos, diremos que los británicos divisaron a la flota española cuando ésta se dirigía a Siracusa y, sin mediar declaración de guerra alguna, la atacaron en el cabo de Passaro. El resultado del combate fue el total descalabro de los españoles: todos los buques fueron destruidos o apresados, excepto cuatro navíos de guerra. El marqués de Lede, que resistía con éxito a los austríacos por tierra, no recibió ningún refuerzo desde entonces, y por ello se vio obligado a mantener una actitud defensiva y tratar de conservar su ejército.
El 17 de noviembre de 1718 una ordenanza real autorizó la práctica del corso a todos los españoles que deseasen armar navíos y hacer la mar. Esta medida se completó con una leva general y otra de gente de mar. Inglaterra declaró la guerra a España en diciembre; Francia lo hizo en enero de 1719. De esta manera, España se encontró haciendo la guerra sola de nuevo frente a las naciones europeas, lo que llevó la guerra al norte de España, a las posesiones españolas en America, y la propia Escocia.
FUENTES:
Bacallar y Sanna, Vicente. Comentarios a la guerra de España, e historia de su rey Phelipe V, el Animoso, Tomo II. Biblioteca Nacional de España. 456 páginas, 31,6 MB.
Guzmán-Dávalos y Spínola, Jaime de, marqués de la Mina. Planos de la guerra de Cerdeña y Sicilia. Biblioteca Nacional de España. MSS 6408. 80 páginas, 17,2 MB.
Guzmán-Dávalos y Spínola, Jaime de, marqués de la Mina. Expedición de Cerdeña y Sicilia. Biblioteca Nacional de España. MSS 10524. 846 páginas, 122,9 MB.