Teniente General procedente de Ingenieros.

Cruz de San Fernando de Oro. Concedida por Real Cédula de 28 de noviembre de 1816 por el valor demostrado en la acción de Ibi (Alicante) durante la guerra de la Independencia.

Nació en Ibiza, en marzo de 1775. Perteneció como cadete al Regimiento de Infantería “Navarra”, hasta 1796, año en el que ingresaba en la Academia de Matemáticas y Fortificación de Barcelona. Terminó sus estudios en 1799, ingresando en el Cuerpo de Ingenieros como “Ayudante”.

Estuvo en la campaña de Portugal de 1801, y cuando se creaba el primer Regimiento de Zapadores-Minadores, fue destinado a él, como ayudante del mismo.

En 1807 tomó parte en la campaña de Portugal de ese año, y al iniciarse la Guerra de la Independencia, se encontraba en Badajoz, donde forma un Batallón de Zapadores, con el que se integra en el Ejército de Extremadura. Con el citado Ejército participaba en numerosas acciones de guerra, distinguiéndose en las de Puente del Arzobispo, Trujillo, y Miajadas, siendo recompensado con el grado de Coronel. En 1812 se encontraba en la defensa y pérdida de Valencia, y posteriormente, mandando una División en las jornadas de Castalla (21 de julio de 1812) e Ibi, donde ganó la Cruz de San Fernando, recién instituida. En 1814 era el jefe de Estado Mayor del Ejército de Reserva de Galicia, y en 1815 es ascendido a Brigadier del Ejército, al tiempo que vuelve al Cuerpo de Ingenieros, siendo destinado como jefe de estudios de la recién reabierta Academia de Alcalá de Henares.

En 1823, y con ocasión de la entrada en España de los llamados “Cien mil Hijos de San Luis”, se opone a la invasión, siendo nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército de Reserva de Andalucía, por lo que era desterrado al pueblo de Mancha Real. En 1833 era rehabilitado y ascendido a Mariscal de Campo, al tiempo que se le nombraba “Segundo Cabo” de Andalucía.

En 1834, era Capitán General de Granada, y en 1835 Director General de Ingenieros, en cuyo cargo permanecía hasta su muerte, el 9 de febrero de 1843.

Como Ingeniero General, lograba importantes avances para el Cuerpo, como la aprobación el 1 de octubre de 1839 del nuevo reglamento para la Academia Especial del Arma de Ingenieros (“Arma” le llama el General Zarco del Valle en su biografía de Balanzat publicada en el periódico “EL Archivo Militar”, número 126, de 1843), ya establecida en Guadalajara, reglamento que actualizaba totalmente los estudios allí impartidos; la aprobación y publicación, igualmente, con fecha 5 de junio de ese mismo año de 1839 de un nuevo Reglamento de Obras; la mejora y enriquecimiento del Museo de Ingenieros, y finalmente, sin agotar la cuestión, la creación de las Compañías de Tren de Ingenieros, así como las de Obreros de Ingenieros de Cuba y Puerto Rico.