Capitán general de Artillería e ingeniero militar español del siglo XVI.

    (NOTA: La presente biografía está copiada de la escrita por Alicia Cámara Muñoz en la web de la Real Academia de la Historia, complementada en algunos detalles finales por el webmaster).

Luis Pizaño nació en Pastrana (Guadalajara) alrededor de 1480 – Capitán general de Artillería e ingeniero del Emperador.

Se formó en el entorno del Gran Capitán. Adquirió una gran experiencia militar. Estuvo en Sicilia, participó en la toma de Túnez y La Goleta, estuvo en la campaña de 1536 en el Piamonte y Francia. En 1541 llegó a España. A la muerte de Pedro de la Cueva fue nombrado, en 1545, capitán general de Artillería con carácter interino. En 1546 se desplazó a Alemania a ocuparse de todo lo referente a la artillería imperial y participó, entre otras, en la batalla de Mühlberg.

En 1549 estaba en Flandes, y desde allí regresó a la Península en 1550, trayendo la artillería que, procedente de la guerra de Alemania, se iba a distribuir en distintas plazas españolas. Desembarcó en Laredo y reconoció el camino de Laredo a Burgos para el traslado de la artillería poco antes de morir.

Desde 1539 actuó como ingeniero principal del Emperador. Entre sus funciones estuvo, por ejemplo, en 1545 la supervisión de las obras de Covarrubias en el Alcázar de Toledo, en tanto que era una fortaleza que defendía la ciudad, a la que podía llegar el socorro por el puente de Alcántara, protegido por el Castillo de San Servando. Por eso Pizaño proyectó un recinto de cuatro baluartes y muros terraplenados que, además de su eficacia, hubiera reforzado su imagen de fortaleza. Sus detallados informes sobre el alcázar permiten conocer mejor la marcha de las obras de Covarrubias y los problemas que se dieron. Visitó también las obras del Alcázar de Madrid y de El Pardo.

En 1542 y 1543 se ocupó de la fortificación de Perpiñán, donde modificó la traza que había dado Benedetto de Ravenna. Años después, en 1546, antes de partir para Alemania, volvió a supervisar las obras de Perpiñán y de Rosas. En 1542 estuvo en Fuenterrabía, San Sebastián y Behovia para supervisar las obras de fortificación. De las dos primeras hizo sendas maquetas o modelos por orden del Emperador.

Ese mismo año dio un memorial sobre la fortificación de la ciudad de Pamplona, que visitó en compañía del duque de Alba y fue a Barcelona para hacerse cargo de las nuevas fortificaciones. Para esta ciudad propuso hacer un baluarte en las atarazanas, Para sus dibujos empleó en ocasiones a Joan Francolí, que le había sido recomendado por Francisco de los Cobos, secretario del Emperador, y a su vez protector de Pizaño. Este Francolí trabajó años después como maestro en el baluarte de las atarazanas de Barcelona, trazado por Giovanni Battista Calvi. La intervención de Pizaño en Rosas plantea la nueva fortificación de la villa, a base de baluartes, en relación con el Castillo de la Trinidad. Este castillo, trazado por Pizaño en 1544 en el lugar en que hubo una torre, muestra otro sistema de fortificación tan eficaz como los baluartes, que es el de las cortinas en forma de tenazas, tal como había proyectado Escrivá san Telmo de Nápoles, y utilizará también Pizaño en San Telmo de Colibre (Collioure), y que se combinará con el sistema abaluartado a lo largo del siglo xvi en función de las condiciones impuestas por el terreno.

De Luis Pizaño decía el duque de Alba que no se “sabría menear sin él”, porque además de ser experto en fortificaciones, era el mejor artillero de los Ejércitos imperiales.

Murió en Laredo (Cantabria) el 4 de cotubre de 1550 a la edad de 70 años.

Según el Coronel Sojo, "fue el mejor artillero de los Ejércitos Imperiales desde 1536 hasta 1550".


  • Biografía de Luis Pizaño en la Real Academia de la Historia, escrita por Alicia Cámara Muñoz.

  • Juan Carrillo de Albornoz. Historia del Arma. Imprenta de la Academia de Ingenieros. Hoyo de Manzanares, 2002. Primera parte. Pág. 2-40.