Carta nº 1258 de don Antonio Bucareli y Ursúa, virrey de Nueva España, a don Julián de Arriaga, secretario de Estado de Marina, adjuntando el informe del coronel Ingeniero en Jefe don Agustín Crame, sobre su reconocimiento al itsmo de Tehuantepec, fechado el 27 de enero de 1774.

Archivo General de Indias (AGI), ESTADO, 20, N.6.

Nº 1258.

Reservado

El Virrey de Nueva España acompaña copia de las noticias que ha recibido del coronel don Agustín Crame, de las primeras diligencias que ha practicado en el reconocimiento del terreno que intermedia desde la Barra de Guazacoalco a Tehuantepeque, de que está encargado para los fines que se expusieron en carta nº 1182.

Excmo. Señor

Mui señor mío: en carta reservada nº 1182 di cuenta a V.E. entre otras cosas, hablando de las disposiciones que tenia dadas para combinar el modo de saver lo que adelantaban los Rusos en sus exploraciones, de la comisión reservada que havia encargado a el coronel Don Agustín Crame, para que reconociese el terreno que intermedia desde la Barra de Guazacoalcos a Tehuantepeque, bien cierto de que su Inteligencia, delo, amor a el Servicio, producirían todas las noticias correspondientes a ilustrar a este Govierno, como se verifica de la copia de su carta que acompaña, y apuntes que cita, y dirijo a V.E. por lo que puede importar para las resoluciones sucesivas en el interim que reconocido el Plano de que habla, sus observaciones, lo que produzca la exploración del Alférez de Fragata don Juan Pérz en su Navegación a el Norte, y del Capitán Ansa desde el Presidio de Tubac a el Puerto de Monte-Rey, puedan hacerse menos expuestas combinaciones, conque oponer fuerzas superiores a las que establezcan los Rusos en la Mar del Sur, de que pido a V.E. se sirva dar cuenta a S.M.

Dios guarde a V.E. m. a. que deseo. Mexico 27 de Henero de 1774.

Excmo. Sr.

B.l.a. etc...

Antonio Bucareli Ursúa.

Excmo. Sr. Bº Fr. Don Julián de Arriaga.

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Del nº 1258.

Reservado.

Excmo. Señor.

Mui Señor mio: La carta que escribí a V.E. de Tecoantepeque el día 28 de pasado estava teñida con el sentimiento de no haver encontrado hasta entonces el camino que pudo llebar la Artillería. Salí de aquella Villa con este disgusto, y antes de dar la buelta por el camino que me habían informado, me empeñé en el reconocimiento por la Sierra, que está a nueve leguas de Tecoantepeque, y buscando de unos cerros en otros los parages mas aparentes, como si mi idea hubiera sido abrir camino nuevo, di por fortuna mia no solo con el camino por donde pudo pasar la Artillería, sino por donde efectivamente pasó, siendo prueba incontestable de esta verdad los desmontes repetidos que hallé en las laderas de los cerros para formar camino espacioso para ruedas, cosa que en estos paises no pudo practicarse sino para semejante fin: pues en el Camino Real, por no dar los Yndios quetro golpès de hazada, van los Pasageros al pasar la Sierra con peligro de despeñarse como sucedió con una de mis cargas, y ha sucedido a otros muchos, especialmente quando hay Nortes.

Con el gusto de esta descubierta seguí hasta la Hacienda del Marquesado llamada la Chivela, doce leguas de Tecoantepeque, y donde ya las Vertientes corren para el Norte. Después reconocí el camino de que me habían informado, que es más largo, y viene tambien a la Chivela dando buelta por la Venta de Chicapa: casi todo es bueno, y la parte de tierra que atraviesa no es mui elevada, y puede componerse.

Cerca de esta Venta para el Río de San Miguel que corre para el Sur, y cerca de la Chivela el de Moloya que va para el Norte como de buelta encontrada, y la travesía de uno a otro, que es de ocho a nueve leguas, es la mayor parte buen terreno.

Alli me detube a examinar y a reflexionar, sobre la buena disposición que ofrecen asi el Terreno como los Rios, para la comunicación de ambos Mares, y fueron muchas las ideas que nacieron de esta reflexión.

Despues seguí mi viaje andando, en lo que es camino, dos días y medio, por Tierra desde Tecoantepeque, y dia y medio por agua hasta el paso de Tacotalpa, que es el paraje donde me embarqué y que dista diez leguas por el Rio de la Costa. De aquí bajaré a la barra para examinarla y sondarla, y concluiré mi viaje reconociendo otros Rios, que se dan la mano con los reconocidos.

Para que V.E. vea las principales resultas de mis reconocimientos las he puesto por puntos en papel separado. Es inútil el recargar más explicación hasta que V.E. vea el Mapa de todo este Pais.

Para desempeñar la confianza de V.E. me parece que no me ha quedado que hacer: he tardado poco, pero tampoco he parado. La noche servia para bolver por los parajes que habia reconocido, y el día para reconocer otros nuevos. Y en fin, si V.E. tuviese nuevas órdenes que embiarme podrán tral vez alcanzarme en Tacotalpa donde como en todas partes uno de mis mas vivos deseos será obsewquiar a V.E. y lograr desempeñar lo que pusiese a mi cargo.

Nuestro Señor dilate la Vida de V.E. los muchos años que deseo y necesito.

Cosoliaque el 2 de enero de 1774.

Excmo. Sr.

B.l.m. a V.E. su más atento obediente y afectísimo servidor,

Agustín Crame

Excmo. Sr. Bº Fr. Don Antonio Bucareli y Ursúa.

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1º.- Que no solo pudo pasar Artillería, sino que efectivamente pasó por el camino que he descubierto.

2º.- Que la Artillería, provablemente solo fue por tierra de Tecoantepeque al Rio Malatengo, que entra despues en Goazacoalcos y que aprovecharon la estación de medianas crecientes.

3º.- Que pudo también bajar por el de Saravia, aunque está más distante.

4º.- Que en ciertos tiempos del año, así Malatengo como Saravia no tiene agua suficiente para esta Navegación.

5º.- Que el bajar la Artillería por Goazacoalcos es un juguete, y que el subir, auqnue con trabajo, se lograría también con canoas que deberían hacerse aparentes para el fin.

6º.- Que el seguir el camino desde Tecoantepeque hasta Goazacoalcos, sin servirse de los Rios Matalengo y Saravia, pudo practicarse; pero que huviera sido trabajo costoso y mal entendido para el solo fin de pasar algunos cañones, y mas debiendose abrir camino cinco o seis leguas de camino en terreno desigual y bosque mui fragoso.

7º.- Que si tubiese la idea de comunicar ambos Mares, ofrece buena disposición el terreno y aun mejor los Rios: consistiendo lo principal de la obra en comunicar los de Cituna, y Moloya que entran en Malatengo con el de San Miguel o la Venta de Chicapa que corre al Mar del Sur, siendo el intervalo entre ellos de ocho a nueve leguas, la mayor parte buen terreno; y aunque hay que atravesar algunas lomas, puede ser que con una sola mina se conseguiera la comunicación.

8º.- Que de la Venta de Chicapa a Tecoantepeque y a la Costa del Sur, es todo el terreno perfectamente llano y sin obstaculo alguno para establecer la Navegación.

9º.- Que prescindiendo de qualesquiera motivos que pudiera haver para establacer otra Navegación, ofrecen las Provincias de Acayucan, Tecoantepeque y demas inmediatas muchas ventajas en su reciproco comercio, del qual se podrá hablar mas por extenso.

10º.- Que la Provincia de Goazacoalcos, que fue la más poblada que encontró Cortés, está enteramente despoblada en todo el curso del Rio, y internandose un poco la Poblacion mas inmediata está doce leguas de otro rio, siendo todo lo despoblado excelente terreno.

11º.- Que en la Costa del Sur no hay Puerto en las inmediaciones de Tecoantepeque, pero que hay buenos surgideros, y proporción para formarlo sin excesivo gasto.

12º.- Que la Barra de Goazacoalcos, según los mejores informes, es imbariable, suficiente para fragatas, y no mui dificl proporcionarla para Navios, pero que esto se verá bien para informar mejor.

13º.- Que si se tratase de la expresada comunicación de ambos Mares, seguiría como consecuente el pensamiento de establecer por ella el Comercio del Perú, reuniendo a un punto todo el Comercio de las dos Americas, pensamiento mui practicable, pero sobre el qual y sobre otros puntos no parece necesario anticipar mis ideas.

Es copia de la Carta original y Documento que en ella se cita, que queda entre los papeles reservados de la Secretaría de Cámara y Virreynato que es a mi cargo de que Certifico.

Mexico veintiseis de Enero de Mil setecientos seten y quatro.

Melchor de Peramás.




Acceso al fichero PDF Carta nº 1258 del virrey Bucareli, de 27 de enero de 1774.