Carta nº 52 de don Francisco Antonio de Lacy, conde de Lacy, al marqués de Grimaldi, secretario de Estado, remitiendo un mapa y dando cuenta de las noticias adquiridas por un comerciante de Kamtschatka llamado [Fedor Laekséyev] Popov relativas a los establecimientos rusos en América, fechada el 23 de abril de 1773.

Archivo General de Indias (AGI), ESTADO, 86B, N.100, documentos 10 y 11. (NOTA: Ver el mapa adjunto al final)

San Petersburgo a 23 de Abril de 1773.

El Conde de Lacy.

En Cifra

Remite un Mapa de los descubrimientos y establecimientos de los Rusos en Kamtschatka y de varias noticias en el particular.

Acusado el recibo en 1º de Julio.

Nota: como llegó antes el Mapa corregido que venía con la carta de 7 de Mayo, y se remitió un ejemplar al Sr. Arriaga, no se le embió este otro; pero sí un extracto de esta carta en 29 de Abril de 1774, dudandose si se había remitido quando se recibió, que fue el 1º de julio de 73.


San Petersburgo a 23 de Abril de 1773. El Conde de Lacy. Descifrado nº 52.

Excmo. Sr.

Mui señor mío: Remito a V.E. una carta Geográphica que los Rusos acaban de dar a luz con las especificaciones a sus descubrimientos hechos en la América Septemtrional. V.E. reparará que está equivocada la fecha. Los Rusos no han querido publicar sus descubrimientos anteriores, ni las noticias que he participado a V.E. con fecha de 19 de Marzo. Tampoco han querido mencionar los establecimientos que han hecho en aquellos parages, los que llegan a quatro como van señalados de letra de mano en esa carta.

A mas de los avisos que he comunicado a V.E, puedo decirle que habiendo llegado a esta Corte un habitante de Kamtschatka llamado Popow, hombre de razón, le hemos hecho interrogar Mr. Dudand y Yo, y ha dado las noticias siguientes, así sobre la costa de América como sobre las Islas adyacentes.

Popow ha dicho que en mil setecientos setenta los Rusos inteligenciados de la expedición de los Españoles a la California temieron que tiviesemos la mira de apoderarnos de sus posesiones en la Costa como en las Islas, que se lisongearon de hacer causa común con los Ingleses interesados como lo vertemos después, en no dejarnos acercar a aquellos parages; pero que como no llegamos sino hasta los quarenta y ocho grados se persuadieron los Rusos que ignorábamos sus establecimientos, que están en los sesenta y quatro y sesenta y cinco, y por consiguiente no tomaron otras medidas, ni pusieron en práctica todas las que indican los papeles del Barón Beninski. Con esto confirma Popow la certeza de las conjeturas que comuniqué a V.E. sobre el motivo de las órdenesn dadas para la defensa de los Rusos de un modo que no deja a mi parecer nada que desear sobre este punto, pues así él como nuestro emisario ignoran dichas congeturas.

Resta esplicar el motivo que tenían los Rusos para creer que los Ingleses se mancomunarían con ellos en la defensa de sus establecimientos, lo que explica Popow de este modo. Dice que la Compañía Inglesa de Hudson, que estiende sus posesiones hasta las inmediaciones de las de los Rusos en América, que tiene bajo su dependencia varias poblaciones que se estienden desde las Bahías de Hudson y de Baffins hasta el mar de Kamtschatka: suministra a estas Naciones todo género de utensilios. Que guarda un profundo silencia sobre su tráfico, y que los empleados de dicha Compañía impiden a todas las Naciones, hasta a los mismos vasallos de la Inglaterra, penetrar en aquellos establecimientos. Que los Rusos no tienen menos motivos de queja de los empleados de la Compañía Inglesa, la que pone obstáculos a sus progresos, atrayendo a sí las Naciones dispuestas a unirse con los Rusos, arruinando sus cultivos quendo se acercan demasiado a sus posesiones.

Veo por estas noticias que además del grande establecimiento de los Rusos en la tierra firme tienen otro en una Isla llamada Semidock poblada con quatro mil cazadores, formados de sus Cosacos y de algunos Americanos expatriados violentamente. Otro en una llamada Midnoistrow, o Isla de Cobre, y otro en la Isla de Behring o del Comendador.

Además de las Islas señaladas en la carta geográfica, dice Popow que hai un grande archipiélago de ellas conocidas de sus compatriotas, de las que han observado el rumbo que siguen los Japoneses yendo a las Islas de Dalomón, que Popow coloca más abajo de las de los Ladrones en línea recta acia el equador. Dice el mismo sugeto que de aquellas Islas sacan los Japoneses la mayor parte de su oro y plata, como también de un Archipiélago desconocido a los europeos entre los ciento y cincuenta y cinco y ciento y sesenta grados de longitud, al Oueste del Japón, sobre cuyo punto he hecho una nota en la carta por la parte que corresponde.

Finalmente, las noticias de Popow confirman las que referí a V.E. en mi última carta sobre este asunto, añadiendo las particularidades expresadas. Según él, la carta adjunta es exacta en quanto a los establecimiento de los Rusos en los parages señalados. Reparará V.E. que desde los treinte y cinco grados hasta los quarenta y seis en que coinciden esta carta y la que V.E. remitió, ninguna señal de la costa se parece en ambos mapas, pues el Río de los Reyes que nosotros ponemos a los quarenta y tres grados los ponen a los cincuenta y ocho, lo que pende sin duda de no haber llegado esta nación a aquellos parages y que desde los sesenta grados abajo sus demarcaciones están hechas a bulto, equivocándose a si mismo Popow quando dice que llegamos en mil setecientos setenta a los quarenta y tres grados, pues que solo fuimos al Puerto de Monte Rey a los treinta y tres, de cuyo puerto no se hace mención en la carta Rusa ni en las relaciones que tenemos de aquí.

De todo ello, y de lo que he comunicado a V.E. anteriormente resulta la certeza del paso por el Noroueste para las Indias Orientales y Occidentales: la noticia positiva de los establecimiento de los Rusos en la California e Islas del Mar de Kamtschatka y de la poca distancia en que hallan de los dominiso del Rey en aquella parte de América; todo lo qual me parece merece la mayor atención de nuestra parte, y las medidas más acertadas para oponernos a los progresos de esta nación, en cuyo caso será bueno tener presente que los Tschuktsckis, aunque sugetos a la Rusia, nunca la han permitido internar en su país y han tenido con ellos frequentes encuentros; pero su obstinada desobediencia ha obligado a este gobierno a abandonarlos enteramente.

Dios Guarde a V.E. m. a.




Mapa Geográfico ruso que acompaña a la carta nº 52 de don Francisco Antonio de Lacy, conde de Lacy, al marqués de Grimaldi. Obsérvense las anotaciones hechas a mano por el propio conde, señalando los cuatro asentamientos rusos que relaciona en su carta

Archivo General de Indias (AGI), MP-MEXICO, 526BIS.




Acceso al fichero PDF Carta nº 52 del conde de Lacy al marqués de Grimaldi, de 23 de abril de 1773, descifrada.









Acceso al fichero PDF Carta nº 52 del conde de Lacy al marqués de Grimaldi, de 23 de abril de 1773, cifrada.