Informe del marqués de Almodóvar, don Pedro de Góngora y Luján, ministro plenipotenciario español en San Petersburgo, dirigido al Exmo. Sr. don Ricardo Wall y Devereux, secretario de Estado del reino de España, sobre los descubrimientos realizados por exploradores rusos en aguas del Pacífico norte desde la península de Kamtchatka, fechado el 7 de octubre de 1761.

Archivo General de Indias (AGI), ESTADO, 86B, N.100, documento 1.

Excmo. Sr.

Muy señor mío: Para que S.M. esté plenamente informado de las expediciones marítimas de los Rusos dirigidos al descubrimiento de la América, y emprendidas por el Mar Pacífico desde las costas orientales de sus Dominios en el Asia, y para que pueda formar una idea bien fundada no solo de lo que estas expediciones han producido hasta aora sino de lo que se puede esperar, o temer de las que intenten en lo sucesibo, espero formar durante mi permanencia en esta Corte una relación de todo lo concerniente a este asumpto que abrace todos los Puntos, que tienen conoexión con él, y que nada deje de desear a la curiosidad, valiéndome para ello no solo de lo que sobre estas expediciones se ha escrito en lengua rusa (de que no hay hasta aora traducción alguna) sino de las luces de algunos Académicos con quienes ya tengo introducida esta combersación, y aun de las noticias de algunos Oficiales que se allaron en ellas, y que procuraré conocer y tratar con disimulo, y sin afectación.

Todo esto pide tiempo y ocasiones que solo proporcionan el largo trato, y permanencia en el País: Entretanto diré por maior lo más principal de estas expediciones, y de los terminos a que hasta aora han llegado las Navegaciones acia la California para satisfacer en parte a lo que S.M. se sirvió mandarme sobre este particular en uno de los Puntos de mi Instrucción.

De los Catorce Goviernos en que está dividido este Vasto Imperio, el más dilatado es el de Siberia, que comprende vajo su dirección y mando un gran número de Pueblos Christianos, Ydólatras, Mahometanos, y aun sin Religión alguna: Estos Pueblos están divididos en diferentes Provincias: pagan sus Tributos en Peleterías y casi todos están sugetos a el Emperador de las Rusias que sucesivamente los ha ido conquistando hasta encontrar las costas orientales del Mar del Sur, y las septentrionales del Glacial en las extremidades del Asia.

En el año 1701, Wolodimir Atlasow, Comandante de de 50 Cosacos de Yakvuzk, hizo una irrupción, o Viage en que penetró hasta la Península de Kamtschatka, hiza la conquista de este Pais, que quedó agregado al Govierno de Siberia, y bolvió a Moscou, donde dio quenta de todo lo que avia visto y reconocido, y entre otras cosas de que a las costas de Katschatka avían llegado Navíos Grandes, y Gente desconocida, y que de estas avía podido reoger un Prisionero que trahía a Moscou y se le murió en el Camino.

La Relación del cosaco Atlosow, y de lo observado en el descubrimiento, o conquista de estos Paises fue lo que dio motivo a las Navegaciones que en este Siglo han hecho los Rusos en el Mar Pacífico, que generalmente han nombrado Expediciones de Kamtschatka, porque se han hecho desde los Puertos de esta Península, y especialmente desde el de Avatscha que esté entre 50 y 55 grados de latitud, y como a 175 de longitud.

La primera expedición fue en el año de 1725: el Czar Pedro el Grande la encargó a un oficial de su Marina, Dinamarqués de Nación, llamado Beering, a quien dio una Ynstrucción escrita de su mano muy breve pero substancial, y que se reducía a quatro Puntos: el 1º. Que iría a Kamtschatka, y construiría dos pequeñas embarcaciones; 2º. Que reconocería la extremidad septentrional de las Costas de la Siberia acia el Este, y vería si estavan contiguas a la América: 3º. Que buscaría sobre las Costas de la América establecimientos europeos, o procuraría encontrar algún Navío que le informase de estas Costas, y su situación: 4º. Que formaría una exacta relación de sus observaciones, y volvería con ella a Petersburg.

Ynstruido Beering de su Comisión partió de Petersburg el 5 de febrero de 1725, y empleó hasta 14 de julio de 1728 en hacer el viage hasta Kamtschatka y en construir allí un Navío: La relación de este viage es curiosísima, y da a conocer el estado de los Pueblos que se atraviesan hasta llegar a Kamtschatka; lo que puede contarse con ellos para estas expediciones; y las dificultades que hay que vencer antes de empezarlas. El 14 de Julio se hizo Beering a la Vela desde el Río Kamtschatka, y bolvió a entrar en el mismo Río el 8 de septiembre del mismo año, aviendo reconocido durante su navegación la Costa Oriental de Kamtschatka, y del País de Tschutski hasta la altitud de 67 grados y medio, y congeturado, por la Dirección que observó en las Costas, que no avía unión de las tierras de la Asia con las de América. No se atrevió a pasar más adelante por no exponerse a la necesidad de invernar en un País donde no se encuentra leña, y entre unas Gentes barvaras, que a nadie están sugetas.

No encontró en su en su Navegación Navío alguno, y tammpoco vio las Costas de la América. Ynvernó en Kamtschatka, compuso allí su Navío, y el año siguiente si hizo a la vela y llegó el 23 de julio a Ókhota, U Óchozk, donde lo consignó al Governador con todo lo que contenía. De Óchozk continuó su viage por tierra, y por algunos Ríos a Petersburg, adonde llegó en 1º de Marzo de 1730.

Dejo a Beering en Petersburg, para ablar de otra Expedición que se hizo en este tiempo, que aunque dirigida a mui diverso fin dio ocasión al primer descubrimiento que han hecho los Rusos de las Costas de las Américas. En el año de 1730, Mr. Pawluzki, Capitán de Infantería, y Gefe de los Cosacos de Yakutski llamado Schestakow tubieron orden de la corte de Rusia de reducir a la obediencia a los Tschuktschi Pueblo feroz, y obstinadamente rebelde. Mr. Pawluzki para facilitar la subsistencia de su Tropa mandó a un tal Gwosdew, que le trajese de Ochozk las Provisiones de boca que el Capitan Beering avía dejado con su Navío en aquel Puerto despues de concluida su Expedición. Gwosdew cumplió con su encargo: hizo su viage de Ochozk hasta Serze-Kamen, y no allando allí a Pawluzki se volvió otra vez a Ochozk; a la ida, o la buelta (no se save a punto fijo) sin designio alguno de hacer descubrimientos fue echado por el viento a las Csotas de la América que están enfrente, y mui próximas desl País de los Tschuktschi a 65 grados de latitud, entre 210 y 215 de longitud: No se save que ablase con natural alguno del País, ni que los Rusos ayan hecho gran caso de este descubrimiento con todo de ser a tan corta distancia de sus establecimientos en las Costas de Asia.

Apenas llegó Beering a Petersburgo, y hizo relación de su viage y expedición, se empezó a pensar e otra nueba, y en el año siguiente de 1731 la Emperatriz Ana encargó al Senado de Rusia, que formase nuevas Ynstrucciones para volver a Kamtschatka, y desde allí salir a buscar y reconocer las Costas de la América, y también las Yslas, y Costas acia el Japón. Formáronse las Ynstrucciones, y se dió el mando de esta Expedición a Beering, destinando vajo sus órdenes para el mismo fin, no solo varios oficiales abiles de Marina Estrageros, y Rusos, sino estambién Astrónomos, y Naturalistas para las observaciones que pudieran ocurrir.


Las dos navegaciones exploratorias que realizó el capitán Vetus Bering. En la segunda llegaron a un punto situado a 56º de latitud norte de la costa americana, que se corresponde ahora con la costa de Alaska vecina a la Columbia Británica del Canadá.


En la Primavera del año de 1733, salió de Peterburg el Comandante Beering con los Capitanes Spangeberg, y Tschirikow, varios oficiales de Marina, y Personas destinadas a la expedición. Esperaron en Yakouzk y Ochozk, hasta que se concluieron los Navíos que se construyeron en este último lugar para su expedición. Spangeberg partió de Ochozk en Junio de 1738; Ynbernó en Bolscherezki-Ostrog en Kamtschatka, hizo cosntruir en este lugar una Barca cubierta de 24 remos; y en el estío de 1739 hizo su viage al Japón en conformidad de las ordenes que tenía.

Beering y Tschirikow partieron de Ochozk en 4 de Septiembre de 1740, doblaron la Punta meridional de Kamtschatka, y fueron a inbernar y esperar el buen tiempo en el Puerto de Avatscha, o San Pedro y San Pablo: cada uno de estos dos Capitanes mandava su Navío; el segundo vajo las órdenes del primero; los dos con el mismo destino, y solo separados en dos vageles para poderse socorrer mejor en caso de Accidente. El 4 de Junio del mismo año se hicieron a la vela estos Capitanes en busca de las Costas de la América, y aunque según sus Ynstrucciones no devían separase, al cavo de ocho días de Navegación se perdieron de vista, sin poderlo evitar a causa de espesas nieblas y fuertes Borrascas. En un Consejo de Marina que avían tenido antes de acerse a la Vela avían resuelto buscar las pretendidas Tierras de Don Juan de Gama y con esta idea navegaron al sud-este hasta la altura de 46 grados, pero no allando señales algunos de la tal tierra mudaron de rumbo; se dirigieron al Nord-este; y ambos llegaron a las Costas de la América, pero en diferentes alturas, y sin que el uno tubiese más noticia del otro.

Beering descubrió las Costas de la América después de seis semanas de Navegación: Echó el Áncora a 239 grados de longitud, y como a 57 y medio de latitud; se proveyó de Agua fresca, tubo indicios de havitantes, pero no descubrió alguno de ellos; y aviendo consultado con sus oficiales el partido que devían tomor resolvieron bolverse al Puerto de San Pedro y San Pablo, y se hicieron a la vela el 21 de Julio después de tres días de detención. La multitud de Yslas embarazaban la navegación costa a costa, y las frequentes tempestades la retardavan y hacían vien molesta; la necesidad de acer aguada los obligó a acercarse otra vez a tierra de la quasl procuraban tenerse apartados. Descubrieronla como a diez millas de distancia, y hecharon el Ancora entre varias Yslas poniendo el nombre de Schoumagin-Ostrow a la en que hicieron aguada. En vano procuraron descubrir a los Naturales del País, cuyos fuegos vehían encendidos por noche en la Costa, y auqnue el 4 de Septiembre se dejaron ver en algunas Canoas, no se logró el poder tomar ni tratar a ninguno de los que las conducían. El 6 de Septiembre desancoró y continuó la Navegación; fueron infinitos los embarazos y riesgos con que lucharon en las costas entre la multitud de Yslas que hay en ellas, y en las furiosas Borrascas que padecieron y que les hicieron conocer quan poco merecía en aquellas partes aquel Mar el nombre de Pacífico. En fin, el 5 de Noviembre dieron con el Navío contra las Costas de una Ysla desierta a la altura de 56 grados. El Navío se hizo pedazos pero el equipage se salvó a tierra. El Capitán Beering murió el 8 de diciembre en esta Ysla, donde desesperando de bolver al comercio de los hombres, se entrego a su melancolía y reusó comer y beber, faltándole fuerzas en su vejez para consolarse en tan triste situación: La Gente Joven del Equipaje pensó de otro modo; hicieron Cavañas, juntaron los pedazos del Navío que la Mar hechó a la Costa; fabricaron una buena Barca cubierta con Áncoras y Velas; vivieron de Pescadores y se embarcaron en su Chalupa en 17 de Agosto de 1742. Despues de nuebe días de una feliz Navegación llegaron al Puerto de Avatscha distante 60 millas de Holanda de esta Ysla.

El capitán Tschirikow después de la separación de Beering tirando al Nord-este vino a parar el 15 de Junio a la vista de una Tierra cubierta de Peñas con escarpados en los quales se rompía una Mar profunda: esta tierra estava 56 grados y algunos minutos de longitud, y como a 241 de longitud al Norte de la California: mantuvose un poco distante de ella, y al cavo de tres días embió al Piloto Abraham Dementiew con diez hombres de su Equipage para reconocer el País. Ni dementiew ni nadie de su comitiva parecieron más, con universal sentimiento por que Dementiew hera un mozo virtuoso, hábil, celoso y de una Familia recomendable. Seis días después Mr. Tschirikow embió al Botsman Sidor-Sawelew con tres hombres que tampoco bolvieron: Todo el tiempo que el Navío se mantuvo a la vista esperando estas Gentes se vió constantemente humo en la Costa, y la mañana inmediata a la separación del Bostman vinieron a él dos hombres en dos canoas desde el lugar donde Demetiew y sawelew havían desembarcado, y a corta distancia del Navío gritaron agai agai y se volvieron. Tschirikow desesperado de bolver a ver los suyos, y no teniendo más varcas para embiar a tierra, resolvió el 27 de agosto hacerse a la vela costeando quanto le fuera posible, y navegó por el espacio de 200 leguas sin perder la tierra de vista: sufrió muchas tempestades, la falta de Agua y el Escorbuto le mataron mucha gente, y entre los Oficiales perdió dos Thenientes de muchas esperanzas y mérito distinguido, sin haber logrado en toda la costa otra ventaja que la de ver veinte y una canoas de cuero cada una con un hombre con los quales no pudo lograr ni comercio ni comunicación. Mr. de la Croyere, que iba en este Navío y murió en él, dijo que los Americanos de estas canoas heran mui semejantes a los havitantes del Canadá, en donde avia servido 17 años en las Tropas de Francia. En fin este Navío llegó al Puerto de Avatscha de donde avía salio el día 23 de octubre de 1741.

Así concluyó esta famosa expedición, que es la última que han hecho los Rusos en el Mar Pacífico: según loque he podido saber, aún viven varios sugetos de los que se allaron en ella, y entre otros el Capitán Spangenberg, que actualmente está en esta ciudad. El Capitán Tschirikow ha mui poco que murió: Las quejas que hubo de las Provincias Orientales de la Siberia y las terribles extorsiones que fue preciso hacer en aquellos Pueblos, apenas sugetos para poder juntar lo necesario, y llevar a efecto esta expedición, movieron la Compasión de esta Corte, y tal vez fueron la causa de que no se pensase tan presto entercera expedición: en los Pueblos de la Península de Kamtschatka y otros circunvecinos no se conocen otros animales d carga que Perros; casi exterminaron la casta de estos animales, único alivio de aquellos naturales, forzándoles a llevar mayores cargs de las que permitían sus fuerzas para la Provisión de los Navíos y conducción de los equipages: con todo no se ha perdido enteramente de vista este objeto; me consta que se tiene muy presente, y no sería mui extraño que hecha la Paz, se pensase en tercera expedición.

Hasta aora los Rusos se puede decir que no han hecho sino ver las costas de la América; con todo no ha faltado entre ellos quien haya impreso que las tierras descubiertas por Beering y Tschirikow se podían llamar con razón la Nueva Rusia, a imitación de la Nueva España, la Nueva Inglaterra, porque aunque no han tomado Posesión de ellas, son Dueños de hacerlo siempre que se les antoge, y no hay Monarca en Europa que las poseha y pueda estorvarselo. Así se forman pretensiones: estas ideas fomentan los deseos, y las circunstacias en que se allan los Príncipes que las forman y los que pueden impedirlas, decide la felicidad o infelicidad del éxito.

Si quando los dos Navíos Rusos estavan a la altura de 45 grados en vez de mudar su rumbo al Nord-este lo huberan seguido en derechura hacia el Este, hubiesen arribado mui cerca de la California; y si hubieran continuado al Sud-este como empezaron pudieron aver arrivado a alguno de nuestros Puertos de América: La Tierra más próxima a nuestros establecimientos es la que descubrió el Capitán Tschirikov a 56 Grados de latitud y, por consequencia, distante 13 grados del cavo Blanco, que está a la extremidad septentrional de la California. Bien pudiera alguno de los Rusos que quedaron en esta costa aver llegado por Tierra a alguna de las Misiones Españolas; pero es natural que perecieran antes a manos de los Yndios. Es mui natural que jamás de consiga la noticia que aquí tanto se desea de paradero de estos infelices rusos.

Por lo que mira al mal que podemos temer en nuestrs América de estas expediciones Marítimas de los Rusos, en el día me parece tan remoto que apenas merece consideración: Yo no se si puede decirse con verdad qué tanto pueden temer los Españoles a los Rusos en las de Asia, y que tal vez es más fácil que los Americanos vengan a hacer Conquistas en las costas de Siberia, que el que los Rusos vayan a hacerlas a nuestra América.

De Petersburgo a Kamtschatka hay más de tres mil leguas; todos los auxilios que pueden sacarse de las Provincias inmediatas a las costas Orientales con tardos y pequeños; es menester considerar el tiempo que se empleó en prepararse para las expediciones; los travajos que padecieron los destinados a ellas antes de emprenderlas, para conocer que siendo tan grande el empeño de Navegar Mares desconocidos en busca de Tierra ignoradas, no lo es menor el llegar al Puerto y ponerse en estado de hacerse a la vela. Estos viages mas pueden servir para el adelantamiento de la Geographia que para el aumento del Imperio. En los siglos venideros podrá suceder otra cosa: Las revoluciones del Mundo son muy estrañas: Si aquellas Provincias orientales se civilizan, mudan de Constitución y aprovechan de su situación, podrán hacer grandes cosas que oy ni devemos temer, ni imaginar.

Ni los Yngleses ni los Holandeses han tenido, ni pueden tener parte en las expediciones desde Kamtchatka por el Mar pacífico: todas sus tentativas para venir al Mar del Sur por la Mar Glacial al Nord-este han sido hasta aora inútiles, y las últimas navegaciones de los Rusos han demostrado que aun quando fuera posible esta navegación, sería del todo inútil para el Comercio, estando expuestos, después de vencer un millón de peligros, a invernar tres o quatro meses antes de poder llegar a la Mar del Sur: El camino más corto que tanto se busca y se desea por el Nord-este y Nord-oeste de la Europa para pasar a buscar en el Mar pacífico las costas de la América es muy posible que no exista sino en los Glovos Geográphicos o en las cavezas de algunos Geographos.

Acompaño esta noticia con una Carta Geográphica de esta Academia en que están señaladas las expediciones de que se haze mención en ella, y los principales lugares que se citan, para que teniendola a la vista se venga más fácilmente en conocimiento de su contenido.

Esto es quento puedo informar a V.E. en el día, sobre este particular, sobre el qual espero más adelante poder dar a S.M. todas las noticias y conocimientos que más conduzcan al fin que se dea como he insinuado al principio de esta carta. No perderé de vista este objeto, no dejaré de indagar si se Proyecta algua otra expedición aunque hasta la Paz no es regular que suceda.

Nuestro Señor guarde a V.E. muchos años como deseo. Petersburg 7/26 de octubre/septiembre de 1761.

Excmo. Sr.

Su muy seguro servidor

Marqués de Almodóvar, rubricado.

Excmo. Sr. Dn. Ricardo Wal




Acceso al fichero PDF Informe del marqués de Almodóvar sobre los descubrimientos rusos, de 7 de octubre de 1761.