AHN. TS-R. Expediente 50.3. Folios 526 y 527.

Al margen: Declaración del testigo don Gregorio Mingot Gozalves.

Al centro: En Melilla, a 5 de septiembre de 1921, ante el Señor General de división, Juez Instructor y el infrascrito Secretario compareció el testigo anotado al margen, a quien se advirtió la obligación que tiene de decir verdad y las penas señaladas al falso testimonio, enterado de las cuales y después de prestar el correspondiente juramento, fue

PREGUNTADO por las generales de la ley, dijo llamarse don Gregorio Mingot Gosalvez, ser jefe de la Estación Telegráfica de Nador, dependiente del Protectorado, mayor de edad y de estado casado.

PREGUNTADO qué tiempo llevaba en el desempeño de dicho destino, dijo que desde agosto de mil novecientos catorce, permaneciendo en el territorio desde entonces.

PREGUNTADO qué anuncios o sospechas tuviera de que se avecinaban sucesos en el campo o le hicieran recelar de la actitud de los indígenas, dijo que no llegó a su noticvia antecedente alguno que denunciase el estado de agitación de las kábilas.

PREGUNTADO cómo se desarrollaron los sucesos a su vista en el poblado, dijo que el día veintitres de julio por la tarde, oyó el barullo de la gente que paraba procedente de Zeluán y algunas familias de Segangán. Por la noche corrían rumores de que marchaban de Nador a esta plaza algunas familias. Esta misma noche estuvo el testigo en la iglesia, donde estaba concentrada la Guardia Civil, hablando con fray Francisco Serra, de trasladar la oficina telegráfica a la iglesia en caso de necesidad. Vió también frente al templo una tropa, que le dijeron regresaba del frente de operaciones, y que descansaba allí.

El día veinticuatro por la mañana, el declarante embarcó en el tren a su familia, ante la alrama que ya había en el poblado, y se quedó en Nador en previsión de que pudieran ser útiles sus servicios, como funcionario de Telégrafos. Aquella misma mañana se decía que llegarían fuerzas. Al partir el tren, se encontró el testigo con dos guardias urbanos manchando en busca del teniente coronel, Comandante militar de Nador, al que encontró en la fábrica de harinas, extrañándose todos de su presencia. En la fábrica estaban, además del teniente coronel, el comandante Almeida, dos capitanes, cree recordar que Villalba y rey, tenientes Fariñas, Barbasa, otros dos cuyo nombre no recuerda; Fresno, de la Guardia Civil; el de Regulares, Rodrigo, y alférez de la Benemérita Pérez. De tropas estaban la Guardia Civil, disciplinarios y algunos paisanos, con dos mujeres, una de ellas con dos niños; los paisanos estaban armados, siendo el declarante el único funcionario que en ella se encontraba.

PREGUNTADO si le consta que la evacuación del poblado fue advertida, ordenada o de algún modo apresurada por el Comandante militar, o se verificó por la libre resolución del vecindario, dijo que él no recibió orden alguna, ni tiene conocimiento de que fueran dadas órdenes de evacuación.

PREGUNTADO si se causaron destrucciones o incendios motivados por necesidades de la defensa u otras causas, dijo que no tiene antecedentes de lo que se le pregunta y que su estación, al acogerse a la fábrica, quedó en perfecto estado de servicio, por suponer volvería a ella en cuanto llegaran los refuerzos que se aguardaban.

PREGUNTADO qué otros funcionarios residían habitualmente en el poblado, dijo que fuera parte de los funcionarios de Correos y Telégrafso, y del Juez de primera Instancia, que entonces estaba en la península habitualmente, todos los cuales vivían en Nador, de los demás funcionarios no puede asegurar si residían o no allí.

PREGUNTADO por la defensa de la fábrica, dijo que la considera heroica, pues en ella se vió un gran espíritu, desde el jefe al último soldado; en los últimos días estaban ya algo decaídos por el cansancio de los diez días de defensa y además por el efecto moral que les causó el fuego de Artillería enemiga. El jefe y la oficialidad conservó siempre un alto espíritu, alentando a sus tropas en todo momento. Cree el testigo que debe hacer notar la gran corrección y disciplina de la tropa, na habiendo entre ella el menor ¿dirgueto? y atenta siempre a las órdenes de sus jefes.

PREGUNTADO si tiene algo más que exponer, dijo que no, que lo manifestado es la verdad.

Y leida que hubo esta declaración se afirma y ratifica en su contenido, en descargo del juramento prestado, firmándola con el Señor General Instructor de lo que certifico.

Gregorio Mingot Gozalbes. (Rubricado.)
Juan Picasso. (Rubricado.)
Juan Martínez de la Vega. (Rubricado.)