AHN. TS-R. Expediente 50.10. Folios 2202 a 2216.

Excmo. Sr.:

Don Juan Picasso González, general de División, juez instructor de la presente información, tiene el honor de exponer a V.E., como resumen de las actuaciones, lo siguiente:

IV

ESTADO ORGÁNICO DEL TERRITORIO


Sistema defensivo del territorio.- El sistema defensivo del territorio ocupado estaba constituído en la fecha de los sucesos de autos, en su sección Norte, por una línea de posiciones que apoyándose en la costa en Sidi Dris, asentada en la margen izquierda del río Amekrán, bordeaba las cabilas de Tensaman, Tafersit y Beni Tuzin en sus límites con las de Beni Said y Beni Ulixech, corriendo por Talilit, Dar Buimeyan, Annual, Igueriben, Izumar, Intermedia "B", Yebel Uddia, Intermedia "A", Tzayudait, Buhafora, Hamuda, Azru, Izen Lasen y Azib de Midar hasta el Kert y boquete de Midar en una extensión de 40 kilómetros, pasando por toda suerte de accidentes a través del abrupto territorio de su trazado, culminando en el Yebel Uddia, a 1.100 metros de altitud; haciéndose observar que en materia de cifras, no existiendo completa conformidad en los datos compulsados, se aceptan los contenidos en la carta provisional de la zona oriental del mapa militar de Marruecos, publicado por el Depósito de la Guerra recientemente.

El 20 de julio fue establecida otra posición complementaria entre Annual e Izumar, que fue denominada "C", para asegurar más el camino de aquella posición, y aún el 22 fue proyectada y empezada a construir entre "B" y Yebel Uddia para cubrir el portillo de Beni Asa, que la precipitación de los sucesos y caída del frente dejó en sus comienzos.

En Izen Lasen la línea se replegaba hacia el interior siguiendo hasta Cheif la dirección y margen del Kert, en extensión de unos diez kilómetros y cruzando este río se internaba en Metalatza, siguiendo en su sección Sur por el pie oriental de los montes Busfedaquen, por Ain Kert, Carramidar, dejando a su espalda Tamasusin y Ahesor, Haf, Tixera y Arreyen Lao hasta Zoco El Telatza de Ulad Bubker, para seguir por delante de los montes de Ben Hildur hasta Tazarut Uzai en el llano de Fetacha y proximidad de la zona francesa, en extensión de otros 32 kilómetros: en su totalidad 82, desde el origen de la costa.

Sectores que se delimitan en el frente ofensivo.- Por la estructura topográfica del territorio quedaban determinados en este frente tres sectores, cuales eran Annual, Drius y Telatza, punto de donde tomando nombre radicaban las cabeceras de sus respectivas demarcaciones, constituyendo los centros de apoyo de aquella y de estacionamiento de las columnas móviles de los expresados trozos.

Circusncripciones militares y adscripción.- En Cheif estacionaba además otra columna avanzada, cuya situación céntrica permitía su traslación en el territorio de Beni Said, a retaguardia de la sección Norte, radicaba otra columna móvil que primitivamente estacionaba en Isafen sobre la línea del Kert y luego fue trasladaba a Kandussi, en la otra sorilla del mismo río; en relación con la cual delimitación de zonas el territorio estaba dividido en cinco circusncripciones militares, asignadas a los cinco Cuerpos de Infantería de la guarnición, correspondientes en el orden de sus números la de Dríus al de San Fernando, la de Annual al de Ceriñola, la de Kandussi al de Melilla, la de Telatza al de África y la quinta de Nador a la Brigada disciplinaria y los jefes de los cuales Cuerpos ejercían el mando territorial de las demarcaciones de referencia.

Al folio 197 se une la comunicación de la Comandancia general del territorio de 16 de agosto pasado, a la que se acompaña:

  1. El estado de las posiciones en toda la región, mantenidas el día 28 de julio, ya por guarniciones del Ejército, ya por puestos de Policía.

  2. Croquis complementario de la zona ocupada el expresado día con la situación de las posiciones enclavadas en la misma y límite de las circusncripciones en que se hallaba dividida.

  3. Croquis de la distribución de las mías de la Policía en el territorio y límites de las cabilas en que ejercían jurisdicción.

Reséñase en dicho escrito la línea de posiciones que constituía el frente avanzado en conformidad con lo que antes se deja expuesto, así como las de apoyo y seguridad de las diferentes demarcaciones territoriales, detallando en el cuadro del folio 199 su distribución por circunscripciones y designando, por último, las comunicaciones que relacionaban los puestos de la región.

Con vista de su catálogo y plano anejo de la situación se forma idea de las posiciones que complementaban el sistema defensivo, concurriendo el apoyo de los sectores de contacto a asegurar el terreno de retaguardia y cubrir las comunicaciones indicada, protección más nominal que efectiva en la época de los sucesos, por su desguarnecimiento, según habrá ocasión de hacer observar, debido al llamamiento de las fuerzas a la línea avanzada distendidas por la misma desproporción de los avances.

Estado de fuerza y de situación de las tropas de la Comandancia.- Dicho conjunto de posiciones estaba guarnecido en los días críticos de los sucesos en la forma que acredita el estado de distribución de fuerzas del folio 329 con las aclaraciones de que hace mención el escrito de la Comandancia general de 24 de agosto, con que se remite.

El simple examen de la situación de posiciones con referencia al plano del territorio pone desde luego de manifiesto la defectuosa disposición de los centros que se califican de apoyo, colocados en la misma línea defensiva y enlazados transversalmente a lo largo y proximidad del mismo frente con la línea general de las operaciones, en vez de ocupar posiciones céntricas para no quedar de otro modo paralizadas y estar en medida de acudir a los puntos amenazados.

Línea de comunicación.- Abordaba la línea general de comunicación al frente en su centro, en Dríus, sobre la izquierda del Kert, y estaba constituída por una carretera que por Nador, Zeluán, Monte Arrui y Batel, llegaba a aquel punto, con recorrido de 67 kilómetros, según el estado del folio 1.063. Este camino estaba doblado por un ferrocarril de vía estrecha hasta Tistutin, cuyo término quedaban por consecuencia, a 22 kilómetros de Dríus.

Desde este punto hacia el Norte podía hacerse el recorrido por camiones en Ben Tieb, desde donde últimamente era ya posible seguir a Annual y Buimeyan, pero sólo los ligeros de dos y medio toneladas - folio 1.451 vuelto -y media carga por pista, o sea camino carretero sin afirmar. A Talilit y Sidi Drís e Igueriben sólo había los caminos naturales del país, de herradura, cuyas malas condiciones en el curso de este resumen habrá ocasión de apuntar; por más que en la última posición citada hubiese sido llevada una batería de artillería ligera venciendo grandes dificultades, Sidi Dris, al extremo de este ramal, prácticamente era atendida por vía marítima, por ser difícil el expresado sendero de comunicación.

El camino de Annual, una vez pasado Ben Tieb y dejado el llano de Sepsa, se interna en los montes y desde el morabo de Sidi Mohamed se enfosca en las fragosidades del terreno, encajándose en un estrecho y largo barranco por cuyo fondo discurre tres kilómetros, dominado por ásperas laderas remontando con duras pendientes hasta los altos de Izumar - 750 metros - para descender en lazos luego a Annual - 496 - y siguiendo también la estrechura de un barranco hasta recaer al entrellano. Al folio 450 se unen la descripción de este camino y la del de Annual a Igueriben y sus condiciones de tránsito, con los planos correspondientes, y el del frente ofensivo, y completan su conocimiento con el de la demás comunicaciones del territorio, las declaraciones del comandante de Ingenieros Pozo -folio 1.159- director del servicio de Telegrafía y encargado de la conservación de caminos de territorio, con el plano de ellas unido -folio 1.162-, y la del comandante del mismo Cuerpo Fernández Mulero - folio 1.451 -, inspector de los servicios dependientes del Centro Electrotécnico, entre ellos el de automóviles.

Desde Dríus podían también transitar los camiones a Cheif, Buhafora y Azib Midar, así como al zoco de Telatza por Haman, Tamasusin y la cañada de Tizi Lao a lo largo del frente. Todos estos caminos, clasificados como pistas y que constituían el medio más general de comunicación, 480 kilómetros en total, se entretenían en el estado que consentían la estación y el terreno, quedando intransitables para aquella clase de vehículos, en caso de temporal de lluvias - folio 1.293 -.

Las posiciones de Metalza tenían comunicación desde Batel por pista, que por el Tizi Uidor, Sidi Yagú y Teniat el Hamara salían al Guerruao a la altura de Mesaita y por Loma Redonda conducía al zoco. Este camino pasado Tizi Uidor, tiene un ramal que por la cañada de Quetacha lleva a Haf. También desde Batel puede seguirse el camino que por Ich Usuga enlaza con la carretera de Ergada y por el Ankel Yemel - paso del camello - lleva a Afsó.

Una carretera, no terminada a la sazón, arrancando del kilómetro 9 de la de Arruit a Tistutin, uníanse a dicho paso, y continuada por pista, seguía a Afsó y salía al Guerruao para enlazar hacia Loma Redonda con la comunicación a Teniat el Hamara. Desde Monte Arruí, siguiendo una pista antigua, se puede enlazar con la carretera anterior.

De Batel un camino carretero afirmado conduce a Kandussi y Tisingart, y desde este punto por pista, conducía a las posiciones del Mauro, guiando por Chermorra a Quebdani. La carretera de la plaza a Haddur y puente del Kert se prolongaba por camino afirmado a Kandussi y desde este punto había pista a Dríus por Sidi Aisa Brusada y Dar Azugaj.

En Beni Sidel existe la carretera Atlaten a Is Hafen, y en Benibu Gafar la de la plaza de Samma y pista desde esta posición a Ishafen.

La zona de Ulat Setut comunica con el Haraig por la carretera, por Mujey Rechif al Zaio.

Medios de transporte.- En declaración del comandante Fernández Mulero - folio 1.451 vuelto - se da noticia del régimen del servicio de transporte, y se viene en conocimiento por ello de que con el destacamento de camiones pesados establecido en Dríus se atendía al de Batel a Ben Tieb, y desde este punto, con los más ligeros, con carga reducida a tonelada y media escasa, se continuaba aquél a Annual. Conjuntamente concurrían al mismo las compañías de transporte a loma de Intendencia y los convoyes de camellos contratados a elevado precio en el país.

Capacidad de tráfico de las comunicaciones.- Con respecto a la capacidad de tráfico de las comunicaciones, manifiesta dicho jefe que sus vehículos, como los similares de Artillería e Intendencia, que todos cooperaban a las exigencias recíprocas de los servicios y a las evacuaciones del frente, estaban en frecuente reparación por consecuencia del rudo trabajo a que estaban sometidos, puesto que además de rodar con frecuencia sobre caminos militares sin firme y con grandes y largas pendientes, que llegaban al "12 por cien" en el de Annual y aun Teniat-el Hamara, hacían un trabajo tan constante, que no daba lugar a acudir con oportunidad a las reparaciones; entendiendo que para haber podido satisfacer cumplidamente las necesidades circunstanciales del Ejército hubiera sido indispensable un número cinco veces mayor de camiones; lo cual da la medida de las necesidades de esta índole de alargar desmedidamente, cual se pretendía, la línea de operaciones sin preparación conveniente.

Pero mejor que estos datos dará idea de las dificultades materiales del territorio la declaración del teniente de Artillería Gómez López - folio 831 -, exponiendo que, si bien habían subido a Annual, Talilit e Igueriben baterías ligeras, siempre había sido venciendo grandes trabajos y enganchando hasta siete parejas; lo que explica, en su concepto, que no se intentase retirar el material de la segunda ligera destacada en Annual al efectuar el abandono de este campamento, cuyo camino reconoce recorría trayectos muy escabrosos bajo la constante amenaza de las dominaciones le demandaban desde donde el enemigo era fácil batirlo y cortarlo. Desde Izumar al Morabo, muy especialmente, iba el camino encajonado en el fondo del profundo y áspero barranco que se ha dicho, cortado además por otros y por caseríos que militarmente dificultaban su tránsito - folio 459 vuelto -. Al folio 1.299 se une un cróquis de la parte del camino a su paso por las proximidades de Izumar.

Desde Annual a Talilit el camino era también de difícil tránsito rodado, por los barrancos que le cortaban; hasta el punto, según manifestaciones del precitado teniente Gómez López, de que la batería ligera que concurriera a la ocupación tuviera necesidad de rodearlos; en uno de los cuales barrancos, aun enganchando siete rejas y pasando las piezas una a una, estuvo aquella detenida tres horas, sola completamente, entregada a sus propios elementos, no pudiendo por ello llegar a tomar materialmente parte en la operación, que por lo demás se hizo sin resistencia. De Talilit al mar, el camino era francamente intransitable, como continuación militar de cuenta.

Confirma el teniente coronel jefe de la Comandancia de Intendencia, Fontán, al folio 955 vuelto, que el servicio de suministro encomendado a sus unidades de Ben Tieb a Annual se efectuaba, en parte, a lomo, por las malas condiciones del camino y fuertes pendientes del mismo, siendo aún peor, bajo este aspecto, en el tramo de Izumar a Annual, por lo que el servicio de la compañía montada de Ben Tieb era penosísimo, habiendo que llevar tirante para ayudar a brazos a los carruajes, a fin de impedir que se despeñasen, por lo que cada convoy rodado era a costa de esfuerzos extraordinarios.

Posiciones de sostén de la línea principal de comunicación.- Sostenían la línea general de comunicación y única con la sección Norte del frente; mejor se dijera, debían haberla sostenido las posiciones que la jalonaban, si estas posiciones hubiesen estado guarnecidas, abastecidas y preparadas para su función en los días críticos de los sucesos. Mas, a tenor de la comunicación de la Comandancia general - folio 382 -, no existían órdenes en previsión de repliegue o de forzoso abandono de posiciones, como eventualidad no prevista, aduciendo en apoyo la cita de los hechos que precedieron a la evacuación de Igueriben y Annual; y, como dice el teniente coronel de Estado Mayor Dávila, al folio 1.295, aun cuando existían sobre las líneas de comunicaciones posiciones que las vigilaban, fueron reduciéndose al mínimo posible, en relación con el estado de tranquilidad y confianza que iba mereciendo el territorio; confirmando con ello el desguarnecimiento al límite que podrá ser apreciado.

En resolución: la línea general de comunicación se apoyaba en los puestos más o menos afirmados, sobre ella situados, de Nador, Zeluán, Monte Arruí, Tistutin y Batel, con el frontón dominante de Usuga y Dar Dríus, flanqueada en su último trayecto, a la derecha, por Busaga y de Azugaj, y a la izquierda por Uestia Haman.

Cabilas aledañas a la línea de comunicación.- Sobre la derecha de esta comunicación se asentaban las cabilas de Beni-Buifrur y Beni-Sidel, y al final de su recorrido, las de Beni Said y Beni Ulixech, con el sistema de posiciones que cubrían su quebrado territorio del lado allá del Kert, y sobre la izquierda se extendían la cabilas de Quebdana, Ulad Setud y Beni Buyani, con la llanura de El Garet y Metalza, dilatada al Sur por el llano del Guerrauao.

Posiciones que protegían la red de comunicaciones.- El camino de Annual, discurriendo entre los abruptos montes de Beni Ulixech, estaba asegurado por la posición de Ben Tieb y protegido por su flanco externo por las constitutivas del propio frente, intermedia "A", Yebel Uddia, intermedia "B", Izumar e Igueriben, y por su parte interior por Dar Mizian, cabecera de la 13° mía de Policía, Yamma de Nador, con su avanzada de Halaud, Morabo de Sidi Mohamed y Mehayast, en la cima culminante de los comarcanos, a 1.150 metros de altitud. En dirección al Amekran adelantaba su acción Buimeyan.

El camino de Midar estaba protegido por las posiciones de Cheif, Azid de Midar e Ifen Lasen.

El de Batel al zoco el Telatza, por los puestos de Policía de Sidi Yagut, Teniat el Hamara y Mesaita y posiciones de Loma Redonda, Sdi Ali y Ben Hidur; la carretera de Ergada estaba vigilada por los puestos de Policía de Ich Usuga, Ergada, Arned y Afsó; el camino de Arruí a El Haraig, protegido por las posiciones de Arrof y su avanzada de Trigotrin y Sidi-el Bachir; la de Reyen por los puestos de la Policia de Nebs, Sidi Sadik, Karn Sba y Hasi Berhan, y la de Zaio por el de Muley Rechid.

La carretera del puente del Kert estaba custodiada por los puestos de Policía de Tauriart Hamed, cabecera de la 5° mía, Kaddur y el del mismo puente; la de Ishafen, cubierta por su cabecera por esta posición, y la de Sammar, atendida por este fuerte de su nombre, y el puesto de Policía de Yazanen y algún otro, ya más adentro, en la península de Tres Forcas.

Elección y asentamiento de las posiciones.- Examinando en conjunto la situación de las posiciones del territorio, dice el comandante de Ingenieros Alzugaray - folio 1.122 vuelto -, que por punto general, las establecidas del Kert en adelante no respondían a necesidades militares verdaderas, ni estaban elegidas por la Comisión que marcan los Reglamentos, sino que respondían sólo a meras consideraciones políticas, y reducidas, como regla común, a todas ellas a un abastecimiento precario de agua. Considera que las posiciones de retaguardia carecían de elementos para constituir puntos fuertes de apoyo, sin víveres, municiones ni fuerzas proporcionadas, no estando preparadas, por tanto, para cumplir su misión.

El coronel comandante principal del precitado Cuerpo, López Pozas , dice, al folio 1.130, confirmando lo antes manifestado, en cuanto a la elección arbitraria de las posiciones, que la Policía era la que aconsejaba su situación y, en casos, determinaba su precisa colocación y dentro de estos obligados factores procuraban las tropas de Ingenieros acomodar las posiciones a las posibles condiciones defensivas. Así ocurrió con las posiciones de Annual, Uddia y Mehayast, que fueron las primeras ocupadas en los límites de Beni Ulixech, con el exclusivo fin de incorporar, dice esta cabila al territorio sometido, aproximándonos a Alhucemas, sin reparar en las dificultades naturales del terreno y, consiguientemente, en lo precario y peligroso de las comunicaciones, y que una vez traspasado dicho límite se encontraba la difícil barrera de los montes de Tensaman, separándonos de la cuenca del Neckor; omitiendo dicho jefe otra circunstancia esencial, y es que como las posiciones se elegían, cual dice, en la mayoría de los casos, con objeto de proteger puntos de algún interés particular, resultaban algunas dominadas dentro del alcance eficaz de tiro, y esto obligaba a ocupar otros puestos accesorios para garantía de su seguridad interior o para relacionarlos ópticamente - Talilit -, multiplicando así las posiciones y la disgregación de las fuerzas, sin reparar en lo precario de la situación de los destacamentos.

Intrínsicamente consideradas las posiciones, las juzgaba lo suficientemente defendidas contra el enemigo que hasta entonces pudiera atacarlas, consistiendo su debilidad mayor en el alejamiento y dificultad de la aguada en casi todas ellas. Explica que las posiciones careciesen de aljibes, porque no existiendo en ellas edificaciones con cubierta que pudiesen recoger las aguas en condiciones de limpieza, no era conveniente recibir las procedentes del suelo. A esto debe hacerse observar que, según resulta de las declaraciones atinentes, allí donde había dichos aljibes, como eran Samar y Karn Ziacha, que se recuerdan por ser construcciones de fábrica, el agua de ellos era impotable, seguramente debido al descuido de su entretenimiento y limpieza.

Así es que las posiciones, aparte de su escaso valor intrínseco, obligadas indefectiblemente a ser abastecidas de agua o a surtirse de ella en las aguadas habilitadas para ello, sin preocupación de distancias ni situación, facilidad ni posibilidad contingente de efectuarla, tenían que caer ineludiblemente en cuanto el enemigo se lo propusiera. Aisladas algunas en alturas incomprensibles, sin repuestos suficientes, sin esperanza de auxilio exterior, constituidas prisioneras, por así decirlo, de los naturales, hubieron de caer cuando les faltaron los ordinarios recursos y el enemigo, hecho cargo de su debilidad, las asediara, atacándolas en el punto más vulnerable, de la privación de agua, con la interceptación de toda comunicación exterior. Se ha seguido respecto a este punto el criterio sistemático de hacer preceder el examen de las vicisitudes de cada posición la reseña de su asentamiento, constitución defensiva y estructura, de sus repuestos y recursos ordinarios y el alejamiento, situación y posibilidad práctica de sus aguadas, y podrá comprobarse que desde medio a treinta y ocho kilómetros - zoco el Telatza - se apreciará toda la escala inverosímil de distancias, y aun situadas algunas en la dirección del mismo terreno enemigo y a merced, por tanto, de su arbitrio; con la circunstancia, cual dice el teniente coronel Fernández Tamarit - folio 1.200 -, con respecto al Zoco, que a esta posición se traía agua de los pozos de Ermila, a la expresada distancia, en dos autoaljibes de 2.000 litros, que en verano podían hacer dos vaijes, pero en invierno sólo hacían uno, y del Zoco había luego que suministrar 21 posiciones dependientes, algunas como Haf y Tasarut Usai, distantes 15 kilómetros de dicha cabecera a las que se enviaba agua cada día en camellos, que solían llegar con las cubas mediadas.

Como algún testigo ha indicado, y si no fuera paradógico, pudiera repetirse por lo gráfico, todo el sistema defensivo del territorio estaba dispuesto y preparado para la "paz".

Negligencias reveladas y juicios del sistema defensivo del territorio.- El Mando, ya se ha dicho, y lo corroboran otras declaraciones que es ocioso aducir, se consideró siempre desatendido de la observancia de prescripciones reglamentarias en cuanto a la asistencia de informes técnicos llamados particularmente a asesorarle, en cuanto suponían trabas; y la confianza, rayana en la ofuscación y el descuido de aquellas medidas de natural previsión, ya que no aconsejadas por principios elementales de técnica militar, a no ser guardadas u observadas, daba fundado motivo a esperar los funestos resultados de su omisión.

Dice el comandante de Estado Mayor señor Fernández - folio 813 - que, en su concepto, en la organización militar del territorio se había eliminado toda previsión de un levantamiento de las cabilas; pues, para hacer frente a la situación que produjera una insurrección, era menester que cada posición hubiese estado organizada de una manera más adecuada para resistir; es decir, dotada de algibe, que no había en ninguna, y depósito de víveres y municiones, proporcionando a la resistencia que hubiera de rendir; además de una guarnición adecuada en número, que no en todas había. De haber contado con semejante organización, la tarea de las fuerzas móviles con que en un plazo más o menos largo se hubiera contado hubiera hecho relativamente fácil el restablecimiento de la situación. Las fuerzas móviles de que se disponía en el territorio para socorrer las posiciones estaban en su casi totalidad concentradas en Annual, y al ser éstas dispersadas, faltó uno de los dos elementos en que se debe basar la ocupación del territorio y que complementa el sistema de puestos fijos.

Cabría agregar a las anteriores consideraciones, entre paréntesis, para no adelantar los acontecimientos, que las dos columnas móviles que aún quedaban en el territorio, la de Kandussi-Kebdani y la de Telatza, se redujeron a la impotencia en presencia del movimiento insurreccional en circunstancias que a su tiempo podrán ser apreciadas. Y si faltaron las fuerzas móviles, faltó con mayor razón la reserva general, de que se carecía; faltó apoyo, cuando todo fue arrollado en Annual en la primera línea.

Por su parte, el coronel Riquelme, [actual] jefe de las tropas de Policía, dice al folio 1.784 vuelto, que desde la campaña de 1909 hasta el pasado desastre del mes de julio último, se ha seguido en las tres zonas del territorio del Protectorado el mismo sistema de ocupación: gran número de posiciones diseminadas, bien en el llano, bien en las lomas y puestos en las montañas; quedándonos el dominio militar de las cabilas, se creía asegurar la adhesión de ellas y la seguridad de los movimientos de nuestras fuerzas en el territorio, así como el desenvolvimiento de intereses comerciales y agrícolas al amparo de dicho dominio. Además existían columnas más o menos fuertes en lugares apropiados y céntricos para acudir adonde fuera necesario; pero, desde luego, de efectivos muy desproporcionados con la gran extensión del territorio, que iba adquiriéndola cada vez más merced a los avances rápidos y extensos y a la multiplicidad de posiciones, secuela de los avances.

En cuanto a la seguridad intrínseca, puede afirmarse, dice, que si bien había bastantes que reunían aceptables condiciones defensivas ante un enemigo sin artillería, otras eran francamente malas desde el punto de vista de su asentamiento y débiles defensas en relación con la simplicidad de su estructira, como con amplitud analiza.

Respecto a las conexiones y enlaces, continúa, las posiciones del territorio de Melilla, especialmente las de la línea avanzada, estaban algunas dispuestas para protegerse mutuamente con el fuego de la artillería o infantería en algunos casos; pero la gran extensión del frente hacía que se dejasen soluciones de continuidad, que aprovechaba el enemigo para producir ataques o agruparse para hostilizar los convoyes que fatalmente tenían que pasar por puntos precisos y cuya defensa hubiera sido imposible, por lo numeroso de los lugares favorables para el acecho del enemigo.

La pobreza de medios de transporte tenía por efecto natural que repercutir en el abastecimiento de las numerosas posiciones, especialmente en lo que al agua se refiere, determinando el que su provisión emplease gran número de hombres; y esto tenía que hacerse todos los días, por la falta de aljibes o depósitopara contener una reserva de agua.

Asímismo resume estas condiciones de aislamiento de las posiciones y la falta o penuria de medios materiales de vida el teniente coronel de Regulares Nuñez de Prado , al folio 392; y el teniente coronel del regimiento de Melilla, Vera, relacionando la acción de las fuerzas de su Cuerpo con la situación particular de las posiciones para explicar cómo se hubiesen comportado frente a los sucesos, dice - folio 892 vuelto - que el proceder y conducta observados por la oficialidad y tropa del regimiento han sido los impuestos por las circunstancias, debido a la gran extensión del territorio encomendado a la custodia del mismo, y carecer las posiciones de víveres y de agua para una resistencia prolongada; como la de Ras Tikermín, que tenía que hacer la aguada diaria en Tauriart Haman, distante seis kilómetros; el suministro de Intendencia, en Ishafen, a ocho y los demás comestibles, en la cabecera de la compañía en Teberdin, situada también a ocho kilómetros. En las cuales condiciones, que no constituyen excepción, procedieron, a su juicio, conforme manifiesta, como correspondía.

Agrega el coronel Riquelme más adelante en su declaración -folio 1.786- que no se crearon núcleos de resistencia en lugares previstos de antemano; antes bien, fueron debilitándose los puestos de apoyo que formasen líneas sucesivas de defensa, para en caso de repliegue de la avanzada, por el casi desguarnecimiento de los mismos y por la creación a sus inmediaciones de poblados, centros comerciales y agrícolas, construidos sin guardar restricciones militares, y cuya extensión y mala disposición imposibilitaban en grado extraordinario su defensa. Esto ocurría en Nador, Zeluán, Monte Arruí, Zoco de Arbaa, etc.

Las reservas móviles no pudieron emplearse porque sólo se pudo atender, por los reducidos efectivos y extensión del territorio ocupado, a tener reservas parciales de sector; eso venían a ser las débiles columnas situadas en los campamentos de Zoco el Telatza, Kedbani, Annual y Dríus; pero la gran distancia que las separaba, mayor de una jornada de infantería, hacía ilusoria su cooperación, ya que se oponían entre estos centros de reserva abruptas montañas, pasos de ríos y largas distancias de largos caminos.

Abunda en esta misma opinión el teniente de Artillería Gómez López , al folio 380, al comentar que la caída de Igueriben hacía pensar que la misma suerte correrían las demás posiciones, por su escasez de medios de resistencia y su situación aislada, así como por la dificultad de auxiliarse las unas a las otras y estando concentradas todas las fuerzas móviles disponibles en Annual.

Insistiendo en estas fundadas apreciaciones, dice el capitán de Policía Fortea, al folio 484, que, salvando todos los respetos, su opinión personal es que han contribuido a la incapacidad de la defensa del territorio apreciables causas, entre las que puede citarse la rapidez de los avances efectuados, que no ha dado lugar al afianzamiento y consolidación de la ocupación; por otra parte, que las fuerzas disponibles no estaban en relación con el territorio ocupado, habiendo obligado esto a reducir y desguarnecer algunas posiciones de retaguardia para reforzar las más avanzadas, sin llegar a conseguirlo, porque la primera línea se consideraba débil y constituida por posiciones que, debido a lo abrupto del terreno, penuria de comunicaciones y distancias, estaban reducidas a un aislamiento peligroso - faltaba el apoyo de una segunda línea, como el de las columnas móviles para acudir en su auxilio en caso necesario -. Presintiéndose en tal situación, por todos los oficiales, que por la manera imprevisora de operar del Comandante general ocurriría algún serio contratiempo, y en este caso, la falta de una segunda línea no permitía prever las consecuencias de un revés ... El suministro de las posiciones era difícil, porque en muchas había de hacerse por sus propios destacamentos; se carecía de repuesto de agua, estando las aguadas en algunas ocasiones a grandes distancias; todo esto constituía un estado de defensa precaria de las posiciones que determinaba una anormalidad que compadecía mal con la precipitación impresa a las operaciones que se pretendía llegar a fin de verano en Alhucemas.

Síntesis de la situación.- En suma: de todas las anteriores reflexiones se adquiere la impresión de que deshecha cual quedara la resistencia del núcleo principal de fuerzas concentradas en Annual, y cundiendo rápidamente la insurrección por todos los ámbitos de la región; inmovilizadas las agrupaciones activas restantes en su inacción o impotencia, como las guarniciones de los puestos fijos, y paralizada la frágil organización del territorio, quedaron ipso facto interrumpidos los precarios servicios de todas las posiciones, con cesación de los suministros y aguadas, diarios o imprescindibles, y como carecían de medios propios para prolongar la resistencia, faltando absolutamente el Mando y los elementos que hubieranpodido restablecer de momento la situación, en la desorganización y abandono preexistente, sobrevino lo que de modo inevitable tenía que suceder, y las posiciones todas, privadas por completo de auxilio exterior, se vieron en la necesidad de someterse al apremio de la situación, unas, haciendo abandono de los puestos; otras, mediante capitulación con el enemigo, que en todos los casos faltó alevosamente a ella; las menos, tratando de abrise paso por la fuerza, y sucumbiendo todas de igual modo, aunque estas últimas respondiendo honrosamente a los dictados de honor militar.

Dice el teniente coronel de Infantería Fernández Tamarit , al folio 1.205, haciendo un rápido examen de la situación moral y material del territorio, que la pobreza de medios era grande; en Annual, base futura de un avance, no había hospital de campaña, sino dos malas tiendas-tortugas. El día 16 de junio hubo numerosas bajas, y para su transporte tuvo el declarante que prestar todas las camillas del 3° de África y 180 hombres que las llevaran a Izumar; muchos días faltaba leña y había que comer ranchos en frío; otros días escaseaba el pan o las raciones del ganado, y los elementos sanitarios eran deficientísimos en Annual; y en alguna posición que otra, nulos.

En resumen: hemos sido, como de costumbre, víctimas de nuestra falta de preparación, de nuestro afán de improvisarlo todo y no prever nada y de nuestro exceso de confianza; y todo ello constituye, a juicio del declarante, una grave irresponsabilidad, que el país tiene derecho a exigir a todos; porque si es cierto que autoridades e incluso ex Ministros han visitado el territorio y encontrado todo perfectamente, y que el Mando ha felicitado por los resultados alcanzados, que después se desplomaron como un castillo de naipes, no lo es menos, por desgracia, que la oficialidad, en su misión de preparar el instrumento que ha de usarse para comnatir, ha olvidado que cuando por medios que podrán tener excusa, pero que eran graves, obtuvo ventajas materiales, prometió solemnemente dedicar todos sus esfuerzos, en primer término, a mejorar la condición del soldado y la capacidad del Ejército, y ha dejado incumplida esta promesa, en perjuicio de la Patria, que necesita, no un Ejército que se sacrifique, sino un Ejército que triunfe, preparándose en los periodos de paz, porque en la guerra no se aprende nada.

Todo este cuadro lamentable de falta de medios y preparación al resumir, cuyos pedidos de elementos la Comandancia general los subraya y realza con tinta roja - folios 561 y siguientes -, y que en otras circunscripciones sería de hacer notar su desatención, prueban a contrario sensu, en opinión de este Juzgado, cuanta temeridad no encerraba, a conciencia de su falta, comprometerse en aventurada empresa sin justificado apremio de su realización en el juicio del Alto Mando.

Desempeño de las funciones de mando en el territorio.- Indicado queda que el territorio se hallaba repartido en cinco circunscripciones asignadas, respectivamente, a cada uno de los cinco Cuerpos de Infantería de la guarnición, y cuyo mando asumían nominalmente los jefes principales de ellos; y se dice nominalmente porque en la práctica no lo ejercían, sino por modo eventual, y en el momento crítico de los sucesos, salvo algún caso de excepción, que habrá ocasión de acreditar, ninguno de aquellos jefes se hallaba al frente de su demarcación ni al mando de sus tropas. Se ha dicho repetidamente en diferentes lugares, porque la idea es la misma, y fuerza es aquí recapitularla una vez más, lo expuesto con este motivo al Ministerio de la Guerra en 21 de octubre - folio 1.403 vuelto -, al Alto Comisario en 3 de noviembre siguiente - folio 1.540 -, y en algún otro lugar al resumir las conclusiones de este expediente.

Existía una orden de la Comandancia general de 2 de mayo de 1920 dictada a raíz de la incorporación a filas del reemplazo de aquel año en que, con ocasión del periodo de actividad que imponía la instrucción de los reclutas, se establecía la obligación de los coroneles jefes de circunscripción de residir en ellas veinte días de cada mes, pudiendo bajas a la plaza los diez restantes, previa autorización competente para el despacho de los asuntos interiores del Cuerpo, si bien esa orden no se cumpliese exactamente por tolerancia y con anuencia del propio Comandante general, por cuanto al conceder dicha autorización, sin guardar por su parte el precepto, tácitamente asentía a la estancia más frecuente en la plaza sin sujeción estricta a la norma por él marcada. Mas se deja entender bien que esta orden, dictada para un periodo de cierta actividad, que consintiese alguna benignidad en épocas normales, en el ambiente de paz disfrutado no debía ni podía inobservarse en los periodos de anormalidad; con todo, se ha pretendido cohonestar la abstención, como atestiguan las declaraciones de los jefes interesados, alegando la circunstancialidad de dicha orden y en relación con las exigencias inherentes al gobierno interior de los Cuerpos.

Rota, pues, la normalidad en el campo desde la caída de Abarrán - repitiendo los argumentos -; registradas frecuentes agresiones en el frente ofensivo; dispuestos movimientos y concentraciones de fuerza hacia la línea avanzada, a tenor de lo que resulta de los diarios de operaciones - folios 585 y siguientes -; acordado por el Comandante general que se constituyesen en Annual, alternando por quincenas los coroneles de los regimientos de Caballería y mixto de Artillería, ausente con licencia en la Península el de Ceriñola, a quien correspondía el mando de la circunscripción - dando con ello claro indicio de que las circunstancias aconsejaban la observación puntual de la medida -, y declarado en franca y enérgica hostilidad el enemigo con intermitencias desde primeros de junio con sus ataques a la línea avanzada de posiciones de Buimeyan a Annual e Igueriben, sin poderse prever las repercusiones que en otros puntos del territorio tuvieran sus intentos, de hecho había quedado un estado excepcional de guerra en el territorio para interrumpir las prácticas consentidas en el de paz, y poderoso, a juicio de este Juzgado, para determinar la presencia de los coroneles en sus circunscripciones ante la contingencia de los sucesos, ya que no por prevención expresa del Mando, sin otro requerimiento que la gravedad de las circunstancias y el natural estímulo de estar en el campo la totalidad de las fuerzas disponibles de las unidades, como puede verse por el cuadro de situación. Atento a ello, el coronel de Infantería Riquelme, al folio 1.775 de su declaración, luego de enumerar las reglas a que los jefes habían de ajustarse en el mando de la circunscripción, y por más que comprende las atenciones peculiares del jefe de cuerpo y que las posiciones se consideraban como "destacamentos", reconoce que, dentro de la facultad discrecional que concediera el Comandante general en junta de jefes, en la observancia de la orden al principio dictada, de modo que los coroneles estuviesen sin sujección a días, bien en el campo, bien en la plaza, según las necesidades lo exigieran, sienta que "con ella tenía el jefe la libertad de atender en todo momento al cometido más urgente, permaneciendo en los puntos en que su presencia era necesaria, como responsable de la buena marcha de su regimiento"; y es obvio que en campaña, sin género ninguna de duda, el puesto del coronel es con la fuerza en operaciones, máxime hallándose todas las del Cuerpo, como estaban, empleadas en funciones de guerra, sin que debiera estorbar tal misión en dichos momentos el detalle del interior gobierno.

Lejos de esto, los coroneles no se consideraron ni oficial ni moralmente obligados a ponerse al frente o en contacto con sus tropas, compartir con ellas los compromisos de la situación o levantar su moral hasta que expresamente le fue mandado, y en tan corta medida ejecutado, que no acreditan el mejor espíritu, como del curso de los sucesos o de sus declaraciones mismas se desprende.

Así, el coronel del regimiento de Melilla D. Silverio Araujo Torres, se presenta en Kandussi el mismo 21 de julio, noche, para tomar el mando de la columna que en la madrugada del 22 debía salir de Kebdani para la desembocadura del río Salar - folio 540 -.

El coronel del regimiento de África [ D. Francisco Jiménez y Arroyo , no citado en el original] recibe el 23, de madrugada, orden de dirigirse a Batel, donde debía esperar al general Navarro para recibir instrucciones -folio 312-. Llega a dicho punto; se limita a comunicar telefónicamente con dicho general, en Dríus y con el zoco El Telatza, cabecera de su circunscripción, y sin aguardar al expresado general ni a las fuerzas de su Cuerpo en retirada, regresa a la plaza pretextando motivo de enfermedad, según declara.

El coronel del regimiento de San Fernando, D. Enrique de Salcedo Molinero , conforme a su declaración, se encontraba enfermo en aquellos días -folio 654-.

El teniente coronel de la brigada disciplinaria, D. Francisco Pardo Audín, se incorpora a Nador en la mañana del 23 -folio 512-, pues tampoco residía en la circunscripción.

El teniente coronel de las tropas de Ingenieros, D. Luis Ugarte Sainz, sale para inspeccionarlas, según declaración del folio 1.362, en la mañana del 23, y atento a ella, no pudo pasar de Batel, por manifestarle estar interceptado el camino por el enemigo; y en el propio caso se encuentra el teniente coronel jefe accidental del regimiento de Ceriñola, D. Manuel Ros Sánchez -folio 1.367-.

De todo lo referente a la conducta de estos jefes, quedan librados y remitidos al General en jefe del Ejército en África los oportunos testimonios, como figuran a los folios 1.548, 1.590, 1.629, 1.879 y 1.941.

El coronel de Ceriñola, D. José Riquelme y López Bayo , estaba ausente en la Península, cual queda consignado.

Y descendiendo en la escala del mando, hubo asimismo de exponer el Juzgado a dicha autoridad, entre otros escritos, en los de 12 de enero último -folios 2.120 y 2.124- que, aceptando el hecho de sistema de turno de mandos establecido como norma por la Comandancia general y la composición arbitraria de la columnas con campañas tomadas de los diversos batallones de cada regimiento, en virtud de los cuales inorgánicos principios, el mando no se ejercía por los jefes naturales en casi ningún caso, prescindiendo de la continuidad conveniente de su función, sino que se desempeñaba temporal y alternativamente, puede explicarse, ya que no justificarse, el hecho anómalo de que, estando la totalidad de las fuerzas de los Cuerpos en el campo, permanecieran los jefes fuera de turno - en descanso en la plaza - cuando desde 1° de junio se estaba en periodo activo de operaciones en el territorio, considerándose desintegrados de sus mandos propios una vez cumplidas sus temporales acciones; pues que tampoco se consideraba obligado, ni por principio orgánico, ni como asistencia al mando, asignar a las columnas importantes segundo jefe.

Dice el teniente coronel Fernández Tamarit acerca de esta práctica viciosa - folio 1.204 -: "Tal vez pueda tener influencia en el estado de las fuerzas el sistema que se seguía para el mando. En un regimiento, por ejemplo, un par de batallones estaban repartidos en destacamentos de compañía y de sección; el otro, en columna; los coroneles permanecían en la plaza; cuando se iba a efectuar alguna operación subían a tomar el mando de sus columnas, y terminada la operación regresaban a la plaza. Los tenientes coroneles y comandantes alternaban cada diez o quince días en el mando de las fuerzas de la columna, a veces sin llevar segundo jefe, con lo que los capitanes y oficiales de la columna o posición pedían y obtenían permisos, que daba lugar a que de ordinario hubiera dos subalternos o un capitán y un subalterno por compañía de la columna o posición destacada, con perjuicio evidente de la instrucción y espíritu. El declarante hizo cuanto pudo, al ser destinado al tercer batallón , para permanecer siempre con él, en el campo, con su segundo jefe, y no pudo lograrlo oficialmente, porque a ello se opuso el Comandante general; pero particularmente logró estar el mayor tiempo posible, y desde luego, en las ocasiones en que por ausencia de su coronel ha interinado el mando del regimiento, lo ha hecho siempre desde el campo, por creer que así convenía al servicio y al espíritu de las tropas, ya que el ejemplo es el principal instrumento del Mando.

Lo propio ocurría con las demás Armas y Cuerpos; las baterías de posición tenían un solo oficial, y en Tasarut-Ussai hubo a veces un sargento; los jefes de Estado Mayor de las columnas se nombraban las vísperas de salir éstas, y era dificilísimo que en dos operaciones distintas fuera con la misma columna el mismo jefe."

Y esto que se dice más determinante de las fuerzas de Infantería, se aplica de igual modo a las otras Armas y Cuerpos, cual se pone de manifiesto en las comunicaciones insertas en el expediente, en relación con las atenciones personales observadas. En artillería de campaña, los jefes de grupos orgánicos turnaban en el mando de los agrupaciones incidentales de unidades de esta Arma; en la de las posiciones no había sectores delimitados para su mando; en Ingenieros, la ejecución técnica de los trabajos estaba repartida bajo la dirección de los comandantes de grupos de Zapadores, en dos sectores denominados del Kert y del Mulaya; pero cuando todas las unidades de este instituto se concentraron en Annual, por las necesidades derivadas del curso de los sucesos y aun actuaban estas tropas como meras fuerzas combatientes, se acudió también al cómodo y socorrido turno de mando, y así en lo demás, atento al pormenor de detalles que se recogen en el expediente y sería prolijo compilar; pero se hace observar que en las declaraciones se ha procurado dejar consignado el personal de oficiales ausentes de las posiciones y columnas en los momentos culminantes de los sucesos, por cuyo medio y otros antecedentes, hanse fijado hasta el límite de lo posible, dada la escasa asistencia de los jefes de los Cuerpos para este esclarecimiento, las abstenciones observadas en la oficialidad y que se resumen en las comunicaciones dirigidas al General en jefe del Ejército, insertas en la pieza décima de este actuado, especificadas por Cuerpos - folios 2.120, 2.124, 2.129, 2.132, 2.136, 2.137, 2.138, 2.141, 2.143, 2.145, 2.156 y 2.162 -.

Era natural y consiguiente que las abstenciones observadas en los jefes trascendiesen a las escalas inferiores con la aquiescencia y tolerancia de los mismos. Cuidado fue, pues, de este Juzgado informarse de las causas de no haber salido de operaciones el personal que los días críticos hubiese permanecido en la plaza, y con presencia de los informes dados por los Cuerpos, analizarlas y consignar su juicio crítico, y hacer observar el estado decadente de salud apreciado dichos días, como se recoge en las precitadas comunicaciones, hecha la debida selección de motivos, al pasar los tantos correspondientes al General en jefe del Ejército en conformidad con la Real orden telegráfica de 6 de septiembre último, para la resolución estimada procedente.

Por lo demás, había amplia tolerancia en los permisos que se concedían al personal destacado en posiciones,y de ello da idea somera, en los días apremiantes de Igueriben, la declaración del capitán del regimiento de Ceriñola D. Fernando Correo Cañedo - folio 896 vuelto -, al salir a incorporarse a cu compañía en virtud de la orden urgente de su Cuerpo, que exhibe, en unión de varios oficiales de las fuerzas que combatían en primera línea en la madrugada del 18 de julio en dos camionetas, como caso de orden naturalmente admitido; aun reconociendo dicho capitán hizo cuanto debió para llegar hasta su compañía, resolución sólo en raros casos observada en circunstancias análogas, como puede inferirse por el pormenor de las aludidas abstenciones.

Y sirve de acabado complemento a este estado verbal del Comandante general para autorizar discrecionalmente a residir en la plaza a los jefes que tuviesen familia o hijos en educación - folio 551 vuelto -.

A más de la situación general de las fuerzas del territorio en los días precisos de los sucesos, consignada en el estado antes citado del folio 330, resumidamente se agrupan los móviles en el telegrama del 20 de julio del Comandante general, unido al folio 551, evacuando la demanda del Alto Comisario en telegrama del mismo día - folio 1.987 -. Como aditamento, debe mencionarse que ante la angustiosa demanda de refuerzos que reclamaba el frente amenazado, se recurrió al expediente extremo de constituir en los Cuerpos de Infantería, apresuradamente el 19 de julio, compañías improvisadas, denominadas provisionales, con destino de plaza y Cuerpo, incidencias y aun gente en instrucción para que relevando en sus puestos a las fuerzas móviles para aumentar sus contingentes, la intervención de las cuales incoherentes agrupaciones habrá lugar de señalar.

Abastecimientos.- El sistema de suministros de Intendencia establecido en el territorio se acomodaba reglamentariamente a los datos que se consignan al folio 416, al que acompaña el plano general de distribución del servicio con arreglo al gráfico anexo; pero con sujeción a las necesidades ulteriormente creadas fue moficiado y ajustado desde 1° de abril del año anterior a la norma de tres jefaturas del Cuerpo situadas en la plaza, Tistutin y Dar Dríus, con depósitos subalternos; los dependientes de la primera en Nador, Zeluán, Arruí, Avanzamiento, Ishafen, Hasi Berkan y Zaio; de la segunda, en Tistutin, Kandussi, Quebdani, Telatza y Afsó, y de la tercera, en Dríus, Ben Tieb, Annual y Sidi Dris.

Ulteriormente, con motivo de la concentración de fuerzas en Annual y planes consiguientes al adelantamiento de futuras operaciones, con fecha 3 de junio se constituyeron en depósito de acumulación los de Tistutin, Dríus y Annual, implantándose desde luego los servicios bajo esta norma a reserva de su aprobación superior.

Desde los depósitos enumerados se proveía al abastecimiento de las posiciones y puestos de ellos dependientes; mas no era la Intendencia la encargada de estos suministros particulares, salvo caso excepcional en que así se dispusiera, sino que de manera general eran los puestos los que son sus medios propios tenían que acudir a hacer la provisión en los depósitos a distancias variables y casos largas, como en la reseña de las posiciones, en las declaraciones que a ellas hacen relación, se consigna en cada caso particular y puede verse, y como a más del surtido de Intendencia contraído bajo la clasificación de depósitos, almacenes y repuestos a artículos determinados que especifica la declaración del folio 1.804, existían los propios y directos en los Cuerpos, que había que recoger en las cabeceras respectivas de la unidad, resultaba una distrcción de fuerzas, consumidas en el servicio económico de los dos suministros y aguada, siempre desproporcionada en mucho con relación a las guarniciones integrantes, como puede bien apreciarse en las declaraciones concernientes a cada posición; sistema de abasto que podía sustituir en periodos de normalidad, pero impracticable de hecho, como la experiencia ha demostrado desde el momento que rota aquella y alterada la paz del territorio, quedaron interceptadas las comunicaciones por la hostilidad declarada del país y tener que ejecutarse el servicio venciendo la resistencia del enemigo, siempre recayente en el mismo tema de la falta de fuerzas móviles, que fuera garantía del dominio de las comunicaciones, base de existencia de los puestos aislados.

Para formar una idea de la ejecución de los servicios administrativos a cargo de Intendencia, pueden citarse, a más de la declaración antes mencionada, la del teniente del Cuerpo Nieto, del destacamento de Batel, de la compañía automóvil de la Comandancia de tropas - folio 963 -, y la del teniente del mismo Guerras - folio 1.526 -, encargado del depósito de Ben Tieb.

De la declaración del primera, resulta que desde mediados de julio se interrumpió el servicio normal a cargo de la unidad, dedicando todo el material al suministro de Annual y evacuaciones de este sector del frente; así como que el último servicio a Kandussi se hizo el día 23 sin novedad, y el enviado a media mañana del mismo día para Telatza no pudo llegar a su destino, regresando desde poco antes de Sidi Yagú. Y de la declaración del segundo se viene en conocimiento de que el 21 envió un convoy de 200 camellos a Annual, que en su mayoría no pudieron pasar Izumar, regresando a Ben Tieb, y el 22 otro de 400, que encontrando ya las fuerzas de Annual en desorganizada retirada, solo regresaron a Ben Tieb unos 60, dispersándose los demás.

Las anomalías del servicio de suministro se tradujeron en irregularidad de los abastecimientos acostumbrados o prevenidos, pues aun cuando en 4 de julio la Comandancia general ordena a las circunscripciones de Telatza, Dríus y Annual - folio 418 - que en lo sucesivo todas las posiciones dependientes de ella contasen con un repuesto de víveres para ocho días, en lugar de los cuatro que estaban establecidos, previniéndose se realizase la medida en el más breve plazo, bajo la responsabilidad de los jefes de aquella, entre las manifestaciones en este sentido hechas por los testigos, puede citarse la del teniente de Artillería Vidal Cuadras, jefe accidental de la posición de Cheif - folio 1.400 -, que expresa iban a Dríus a suministrar diariamente, sin que con las cantidades que se traían pudiese constituirse el repuesto para ocho días que estaba prevenido y puede asegurarse que era ésta la norma general.

En comunicación de la Comandancia general del 26 de agosto, unida al folio 416, se remite estado de las existencias de víveres en los depósitos del territorio - folio 417 -, en los días de julio que se expresan, y en otra de 27 - folio 422 - remite el estado de dichas existencias referidas al 1° de junio, haciendo observar, de la comparación con el anterior, que en los depósitos de Dríus y Telatza se había aumentado considerablemente el repuesto de bastimentos como consecuencia de las operaciones en proyecto en aquel entonces sobre Beni Melul.